A menudo personas con la misma visión sobre una determinada afición o interés se reúnen para hablar de ello o para festejar lo mismo, en jornadas de convivencia. Coinciden en todo y la convivencia es sana y perfecta. Pero convivir no siempre es coincidir, sí es comprender. Se pueden tener ideas muy diferentes, y con respeto y escucha, la diferencia no es obstáculo para la convivencia. Es más, la convivencia se enriquece con la diversidad.

En la página de sanegidio.org nos dan noticia de como dos comunidades celebran sus fiestas en comunidad.

La Comunidad de Sant’Egidio de Indonesia ha celebrado con especial atención la coincidencia de la fiesta de la Ascensión de Jesús y la celebración del Aid el Fitr, que cierra el Ramadán, principal solemnidad musulmana.

Lo han celebrado en el comedor, con familias musulmanas, con los refugiados de los países del cuerno de África, con los ancianos de la residencia Santa Ana, donde tras meses de confinamiento por la pandemia finalmente hoy hacen fiesta juntos, y en la Escuela de la Paz. En todas partes, cristianos y musulmanes han recibido de la Comunidad regalos y alimentos para celebrar este día de fiesta (en Indonesia la Ascensión también es un día festivo) en un clima de amistad y de paz.

Aunque sin duda alguna, si existen coincidencias de opiniones, la convivencia será mucho más fácil, desde luego no es imprescindible y realmente lo que si es siempre necesario para convivir en la diversidad,

es el diálogo y compartir con los otros lo que uno es y piensa. Lo importante es la unidad y por tanto hay que saber compartir y comprender la diversidad para convivir unidos. Hay que asumir la diversidad y no basar la unidad sólo en las coincidencias. Esto a la postre lleva a una gran decepción y a la imposibilidad de la unidad.

Pero convivir no siempre es coincidir, sí es comprender.

Conviviendo Unidos, nuestra Asociación, pretende una auténtica convivencia basada en la comprensión, en el diálogo en la diversidad y en el amor y entrega al servicio de los demás, con especial atención a los más vulnerables.

Esta comprensión en modo alguno es renunciar a nuestras posiciones, si son sólidas y bien meditadas, que hubiera sido de Santos con Ignacio de Loyola o Teresa de Jesús si hubiesen claudicado ante las dificultades, pero una escucha de las posiciones de los demás contribuirá a conocer y respetar sus puntos de vista y esto contribuye a reforzar el mutuo respeto y la convivencia.

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2 Responses

  1. Y, ¿ que será de nosotros, españolitos de noviembre del 2023, cuando vemos que parte de algunos de nuestros representantes cambian sus principios y juramentos negando todo lo que antes aseveraban?. Pues tiempo al tiempo, lo veremos, y recordando al poeta: «españolito que al mundo vienes, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón». Porque, efectivamente, hay que dialogar y entenderse, pero, como decíamos en el post hay que mantener la palabra dada aunque esta vaya en contra nuestra. Como cristianos de principios hemos de imitar al Maestro, que mantuvo su palabra hasta dar la vida voluntariamente, por mucho que implorase al Padre, » Si es posible pase de mi este cáliz, pero hágase tu voluntad».
    Esto es así y todo lo que digamos sobre que se puede cambiar de opinión, es irse por las ramas, faltar con deshonestidad a la verdad, y cuando se claudica en lo fundamental se cede la fuerza de la verdad y se abraza la debilidad que hará que alguien sin escrúpulos abuse del débil y sirva en bandeja el conflicto a todo el colectivo.

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